Pasar al contenido principal

17-abr.-2025, Jueves Santo

«Esto es mi cuerpo partido para ustedes. Ésta es la copa de mi sangre derramada por ustedes. Ámense unos a otros como yo los he amado»

En este día, Señor en el que iniciamos la travesía del triduo pascual queremos iniciar este camino que nos lleva contigo a la Cruz y a la gloria de la resurrección. En medio de la ausencia te podemos preguntar: ¿dónde podemos encontrarte hoy? Hace falta estar muy ciego para no percibir la hermosura de tu rostro y la huella de tu pie resucitado. En este día aprendemos a “caer en la cuenta" de muchas presencias tuyas casi desapercibidas. 

Esta tarde celebraremos juntos la memoria de la Cena de Despedida. En esta cena tan cargada de emoción y significado Tú hiciste cosas insólitas y complicadas: como el más humilde de los siervos, el gran Maestro y Señor, lavaste los pies de tus discípulos y les dijiste que se hicieran —como Tú— servidores los unos de los otros; después, cuando estaban comiendo, les pasaste el pan y el vino diciendo «Esto es mi cuerpo partido para ustedes. Ésta es la copa de mi sangre derramada por ustedes. Ámense unos a otros como yo los he amado»

Estos acontecimientos ocurrieron hace mucho tiempo y, sin embargo, se repiten hoy para nosotros aquí y ahora: Hagan esto en conmemoración mía. Les he dado ejemplo. Tienen que hacer ustedes como yo he hecho. Como yo he servido, así tienen ustedes que servir; como yo los he amado, así deben amarse unos a otros

Gracias, Señor, por quedarte como alimento verdadero y habernos reglado tu amor y misericordia. Ayúdanos a emprender nuestro camino de servicio y lavar los pies a nuestros hermanos necesitados. Permanece con nosotros como el “hombre-para-los-demás” y como el “Señor que sirve”. Queremos aprender de Ti a entregarnos a nuestros hermanos a amarlos y servirlos. Hoy te pido, Señor, que me regales la santidad y la fortaleza para seguir adelante en esta misión tan hermosa que me has regalado. Gracias por mi sacerdocio. Dame salud y bienestar para seguir llevando consuelo y llevando tu presencia. Amén.

En este día humildemente pido una oracioncita por mí y por tantos sacerdotes que han pasado por sus vidas. Perdónenme por mis debilidades humanas y un muy amoroso y servicial día sacerdotal.

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.