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El señor cardenal Rubén Salazar Gómez consagró dos nuevos templos para el servicio de la comunidad

El pasado fin de semana, coincidiendo la celebración del día de la madre y del Buen Pastor, el señor Arzobispo consagró el nuevo templo de la parroquia Madre del Divino…

 

 

Esta parroquia sirve a los barrios Moralba, Altos del Virrey, Niño Jesús, Molinos de Cafam, y El Bosque, entre otros.

Su párroco, el padre Ramiro Soler Herrera, debió afrontar el reto de cambiar la vieja y peligrosa casita de latas por la construcción de un bello y firme templo para su comunidad.

Luego de finalizar esta ceremonia, el Señor Cardenal y el Vicario Episcopal, monseñor Francisco Niño Súa, viajaron hasta Quetame con el mismo propósito: consagrar el nuevo templo del pueblo. El anterior fue demolido luego de los graves daños que sufrió por sismo del año 2008.

           

Madre del Divino Amor

 

Allí, enclavada en la montaña, tal vez la más lejana, desde donde baja un aire frío y cortante que deja las mejillas rojas y las manos congeladas está, como en un pesebre, Madre del Divino amor.

 

La mañana, típica del páramo, dejaba ver un cielo sin nubes que fue copándose, poco a poco, de unas más grises que otras hasta que se descuajaron en un aguacero bíblico.

 

Nada importaba... se consagraba el templo nuevo y toda la comunidad estaba feliz, se sentían satisfechos, habían logrado hacer su templo luego de años de dificultades y, de la casita de latas de ayer hoy se sentían frente a una catedral.

 

Cuando empezaron los voladores la gente se arremolinó en la puerta del templo: ya subía una camioneta negra con un escolta policial: no hubo duda ni para las mascotas que se atravesaban ruidosamente, había llegado el Cardenal.

 

La Eucaristía había sido cuidadosamente preparada, los coros infantiles de la Fundación Francisco de Asís y Música en los Templos la acompañaron con la calidad y belleza de siempre, los feligreses daban una que otra mirada hacia ‘arriba’, al entrepiso, donde se acomodaron holgadamente.

 

El señor cardenal, Rubén Salazar Gómez, explicó la sencillez y belleza de la ceremonia, que a través de gestos litúrgicos prepara y bendice el lugar para la reunión de los católicos, para la celebración de los sacramentos en general y particularmente para la Eucaristía.

 

Nuestra Señora de Chiquinquirá-Quetame

 

Desde Puente Quetame los esperaban con una caravana de “jeeps” que con pitos y sirenas fueron anunciando su arribo al casco de la plaza.

La Eucaristía, como la anterior fue una verdadera catequesis para todos los fieles, quienes entendieron la simbología de cada gesto, como la entrega de las llaves del templo al párroco, la consagración del altar y la colocación de las reliquias, el ungir las columnas del templo, la bendición con el agua bendita, la luz... cada gesto cargado de sentido y explicado por el Arzobispo de manera sencilla y pedagógica.

Luego la serenata, las fotos y el regreso a la congestionada realidad urbana de Bogotá.

 

Registro gráfico

 El Cardenal llega a Madre del Divino Amor

 

Imágenes del Nuevo Templo