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23-oct.-2025, jueves de la 29.ª semana del T. O.

El Evangelio es como un fuego, [...] quema los viejos equilibrios de la vida, nos desafía a salir del individualismo, [...] a superar el egoísmo, [...]

El despertar  y contemplar las obras de tus manos, nos inspira nuestra oración de agradecimiento por la vida, la salud y el bienestar que vienen de Ti. Tu invitación a practicar la caridad y amar de corazón son motivos para emprender nuestro rumbo de este día, fortaleciendo nuestro espíritu con tus palabras: Tu  viniste a traer fuego a la tierra; y experimentaste  el fuego de la condición de la vida humana. Haznos comprender, Señor, y aceptar que no queremos paz a cualquier costo. Danos el fuego de tu Espíritu para que no busquemos seguridad en las satisfacciones pasajeras, sino que nos comprometamos a llevar a cabo animosamente nuestra misión de ser tus discípulos que creamos división no por nuestras situaciones de controversia o de carácter negativo, sino por andar en la verdad y corrigiendo fraternalmente al que va por camino equivocado. El fuego de tu Espíritu, de la fe y del amor, nos anime y la fortaleza sea fuerza en la lucha contra el mal. Ayúdanos en la lucha contra el mal y no permitas que nuestra debilidad espiritual siga siendo débil. Tu te hiciste fuerte ante las dificultades que el mal te fue mostrando en las tentaciones y saliste adelante. Que nuestra lucha sea para vencer tentaciones y buscar ante todo tu paz. Que nuestros miembros como nos dice hoy San Pablo sean para el bien: nuestros pies para ir al encuentro del necesitado; nuestras manos para elevarlas al cielo y levantar al caído; nuestros ojos para ver las maravillas de tu creación y encontrar al que necesita nuestra ayuda; nuestra boca  sea para glorificarte y pronunciar palabras de fe esperanza y caridad. Amén. Un muy feliz y fortalecido jueves vocacional. Nuestra Madre la Virgencita sea  nuestra protección y auxilio. 

PALABRAS DEL PAPA 

He venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo!” (Lc 12,49). ¿De qué fuego está hablando? ¿Y qué significan estas palabras hoy para nosotros, este fuego que nos trae Jesús? […] Jesús vino a traer el Evangelio al mundo, es decir, la buena noticia del amor de Dios por cada uno de nosotros. Por eso, nos está diciendo que el Evangelio es como un fuego, porque es un mensaje que, cuando irrumpe en la historia, quema los viejos equilibrios de la vida, nos desafía a salir del individualismo, nos desafía a superar el egoísmo, nos desafía a pasar de la esclavitud del pecado y de la muerte a la vida nueva del Resucitado, de Jesús Resucitado. […] el Evangelio no deja las cosas como están; cuando pasa el Evangelio, y es escuchado y acogido, las cosas no se quedan como están. El Evangelio incita al cambio e invita a la conversión. No concede una falsa paz intimista, sino que enciende una inquietud que nos pone en camino, nos impulsa a abrirnos a Dios y a los hermanos. Es exactamente como el fuego: mientras nos calienta con el amor de Dios, quiere quemar nuestros egoísmos, iluminar los lados oscuros de la vida ―¡todos los tenemos, eh!―, consumir los falsos ídolos que nos hacen esclavos. (Papa Francisco, Ángelus 14 agosto 2022)

ORACIÓN 

Jesús, Tú has venido a traer un fuego a la tierra, y cuánto deseo que arda en mí con toda su fuerza. No quiero vivir tibio ni indiferente ante tu llamada. Haz que mi corazón se inflame en tu Espíritu, que mi fe no se apague en la rutina, y que mi amor por Ti sea más fuerte que cualquier división o miedo. Amén.

Reflexión del Evangelio escrita por P. Luis Alberto Tirado Becerril, misionero del Espíritu Santo

No he venido a traer la paz, sino la división. Encontrarse con Cristo y dejarse tocar por su amor, necesariamente va cambiando la vida; conocerlo de verdad va renovando los criterios, los afectos y las acciones y, si no hay transformación, es necesario que te cuestiones cómo está tu relación con el Hijo de Dios y cuánto has acogido al Paráclito en tu vida.

La amistad con el Señor nos va haciendo amantes de la paz y la verdad; nos ayuda a tomar conciencia del mal realizado y por lo mismo, nos va impidiendo juzgar a los demás; nos va llevando a amar a pesar del mal recibido, a salir de nosotros mismos, a dar testimonio del amor de Dios, a ser anunciadores de la verdad que libera y, por amor a Dios y al prójimo, nos lleva a denunciar el pecado en todas sus formas; el encuentro con Cristo nos hace buscar la salvación de todos los hombres. 

Asumir el ser cristiano de verdad, provocará que los amantes del mundo quieran cambiarte o callarte, que personas que amas se alejen o te ataquen; y es necesario asumir esas consecuencias sin dejar de amar. 

Ahora bien, si te ha pasado, te invito a que disciernas si realmente es porque rechazan a Cristo en ti, o porque tus modos, palabras o formas, se han cargado de soberbia y arrogancia; es necesario que delante de Dios, descubras si en verdad es Cristo la causa del rechazo o tu propio pecado. Si es Cristo, abraza la cruz; pero si es tu pecado, busca a tu Señor, reconcíliate con Él y con tus hermanos y trabaja arduamente en cambiar los malos modos para que no seas ocasión de pecado sino portador de la luz que ilumina las tinieblas del mundo, aunque esa luz encandile a algunos.  

Pregunta:

¿Estoy dispuesto a mantenerme fiel a Jesús, incluso si eso genera división o rechazo?

Cita bíblica del día.

"Oren sin cesar. Den gracias a Dios en toda ocasión: esto es lo que Dios quiere de todos ustedes, en Cristo Jesús. No extingan la acción del Espíritu" (1 Tesalonicenses 5,17-19)

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.