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25-oct.-2025, sábado de la 29.ª semana del T. O.

Llegamos al término y nos regalas este fin de semana para que podamos meditar, no sólo en tu palabra, sino en darte gracias por todo lo que hemos reci

Llegamos al término y nos regalas este fin de semana para que podamos meditar, no sólo en tu palabra, sino en darte gracias por todo lo que hemos recibido. Por las alegrías y felicidad que hemos podido compartir con nuestros hermanos; las satisfacciones personales en lo que hemos podido realizar; el don de la familia, de la amistad, todo ha sido generosidad tuya. Ahora, permite que nuestro espíritu sea iluminado por los dones de la sabiduría y de la inteligencia para poder discernir tu palabra. Que ella nos fortalezca. Aunque somos seres sociales y vivimos nuestra vida en unión con los demás, hay algo que depende exclusivamente de cada uno de nosotros. Nadie puede vivir mi vida por mí, nadie puede andar mi camino por mí, aunque es cierto que los demás pueden influir en nuestra vida. Tú nos insistes hoy en lo personal, en la tarea de cada uno de nosotros en nuestra vida. La conversión a Ti, la conversión al evangelio. Nadie puede convertirse por mí, nadie puede seguirte por mí, nadie puede amar por mí. No puede uno distraerse en su tarea personal de convertirse, con noticias en las que estén implicadas otras personas. Aludir a los galileos cuya sangre vertió Pilato, o a los dieciocho aplastados por la torre de Siloé y pensar si eran culpables o no. Nadie puede entretenerse en estas noticias y no realizar la ineludible tarea personal de la conversión, de seguirte de verdad.

Sabiendo que eres paciente, que sabes esperar un año, dos años, tres años… muchos años en nuestro esfuerzo por seguirte. Pero mejor, ya que hemos sido seducidos por tu amor e iluminados por tu luz, que cada día sigamos siendo files a la promesa voluntaria que te hicimos de seguirte, de dar fruto en la higuera, experimentando el gozo de tu amistad. Gracias por darnos la ocasión de poder cuidar la higuera y fortalecerla con el abono de la esperanza y la tierra de la fe. A Ti te alabamos y te glorificamos, te damos gracias. Bendícenos abundantemente. Amén. 

Un muy feliz y bendecido sábado y fin de semana. 

Palabras del Papa

La fe auténtica, abierta a los otros y al perdón, obra milagros. Dios nos ayuda a no caer en una religiosidad egoísta y empresaria. La higuera representa la esterilidad, una vida estéril, incapaz de dar nada. Una vida que no da fruto, incapaz de hacer el bien. Vive para sí, tranquilo, egoísta, no quiere problemas. Y Jesús maldice el árbol de la higuera, porque es estéril, porque no ha hecho lo suyo para dar fruto.

Representa a la persona que no hace nada para ayudar, que vive siempre por sí misma, para que no le falte nada. Al final estos se convierten en neuróticos. Y Jesús condena la esterilidad espiritual, el egoísmo espiritual.

Les invito a pedir al Señor que nos enseñe este estilo de vida de fe y que nos ayude a no caer nunca, a nosotros, a cada uno de nosotros, a la Iglesia, en la esterilidad. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 29 de mayo de 2015, en Santa Marta).

ORACIÓN 

Jesús, tu palabra me habla hoy de la higuera que no daba fruto, y siento que muchas veces mi corazón ha sido así: lleno de promesas, pero lento en responder al bien. Gracias porque, a pesar de mis faltas, Tú no me arrancas ni me abandonas, sino que me das tiempo, cuidado y ternura para volver a florecer. Amén.

Pensamientos para el Evangelio de hoy (Evangeli.net)

* «Una oración intensa no aparta del compromiso en la historia: abriendo el corazón al amor de Dios, lo abre también al amor de los hermanos, y nos hace capaces de construir la historia según el designio de Dios» (san Juan Pablo II)

* «Tenemos que caminar firmes en la fe en Cristo, firmes en la verdad del Evangelio; pero nuestra actitud tiene que moverse continuamente de acuerdo con los signos de los tiempos» (Francisco)

* «(…) Toda persona humana, creada a imagen de Dios, tiene el derecho natural de ser reconocida como un ser libre y responsable. Todo hombre debe prestar a cada cual el respeto al que éste tiene derecho (…), especialmente en materia moral y religiosa (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica 1738)

 

Pregunta:

¿Estoy aprovechando el tiempo que Dios me da para crecer en santidad y amor?

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.